Cambiando el paradigma de la reforestación
Ing.
Eric R. Barrientos
La reforestación
en Guatemala como
en otros países Centroamericanos ha sido vista como una
herramienta
para recuperar las grandes pérdidas de cobertura forestal que
sufre
el País. Sin embargo la mayoría de los programas que se
han
desarrollado hasta la fecha carecen de una visión ambiental
transgeneracional permanente, y perdurable y que permitan la
protección, no solo de la generación de bienes y
servicios eco-sistémicos, sino que también la
reducción de las vulnerabilidades
hacia los desastres, especialmente aquellos asociados a la
variabilidad del cambio climático. Otra gran deficiencia que han
tenido los programas de reforestación es el enfoque mismo, el
cual
ha sido más con perspectivas comerciales y/o como una mera
acción
mediática que no responde a una visión a largo plazo, de
sostenibilidad y que por sobre todo, no considera la realidad local
de las áreas reforestadas, ni las necesidades culturales y socio
ambientales de las poblaciones.
En
respuesta a esto, se considera que se requiere de un nuevo enfoque de
la reforestación, en donde se incluyan elementos innovadores,
más
estratégicos y con una visión a largo plazo pero con
múltiples
beneficios, desde la cuenca hasta la seguridad alimentaria misma,
incluyendo los elementos propios de la biodiversidad nacional. Dentro
de este enfoque se podría considerar el incorporar bosques de
galería, que mantienen las condiciones naturales de las cuencas,
riberas y playas, evitando desastres y pérdidas de
infraestructura, suelo fértil,
biodiversidad y por sobre todo vidas humanas. Otro
elemento a incorporar lo constituyen los árboles frutales
nativos,
los cuales no solo juegan el papel propio dentro del ecosistema,
sino que también favorecen a la biodiversidad, como refugio,
alimento y conectividad entre sistemas ecológicos y pueden ser
fuente sostenible de alimento y elementos de mercado, lo cual redunda
en el mejoramiento de los medios de vida de los pueblos y de las
familias rurales.
Este
enfoque esta siendo impulsado por el Ministerio de Ambiente y
Recursos Naturales (MARN), desde
sus diferentes programas, proyectos
y líneas de acción y con base a la planificación
de micro y
subcuencas, como las cuencas mismas en su generalidad. Por lo tanto
El MARN para paliar la problemática anterior ha venido
impulsando a
nivel del manejo integrado de cuencas, la implementación del
componente forestal con especies nativas frutales y
multipropósito,
buscando satisfacer necesidades de alimento e ingresos de las
familias rurales, y en contribución de servicios
ecológicos y
ambientales. En los proyectos del MARN se están incluyendo muy
fuertemente el componente forestal que pretende incluir las funciones
siguientes:
- Protección
de Fuentes de Agua.
- Seguridad
alimenticia.
- Recuperación
y protección de los frutales nativos.
- Recuperación
y protección de los caudales naturales.
- Recuperación
del ciclo hídrico.
- Recuperación
y protección de la biodiversidad.
- Mejoramiento
del suelo (incorporación de materia orgánica).
- Uso
en Sistemas Agroforestales.
- Producción
de productos maderables (leña, madera, postes y otros).
- Creación
de Corredores
biológicos para la conectividad en Agro paisajes.
- Fuente
de néctar para producción de polen y miel.
- Protección
del recurso suelo.
- Secuestro
de carbono (mitigación al cambio climático).
- Belleza
escénica.
Dentro
de los programas se están promoviendo especies seleccionadas de
manera participativa con los productores, con especial atención
a
las especies nativas, y nativas frutales, con lo cual estaríamos
evitando la extinción de varias especies, potenciando su valor
comercial y de adaptación.
Con
el efecto del Cambio Climático las especies nativas están
jugando
un rol importante en el tema de resistencia a sequias, plagas y
enfermedades en comparación a las especies introducidas o
mejoradas.
Las
especies que se desea implementar son: Ramón
(Brosimun
alicastrum),
sapotáceas (Pouteria
sapota, Pouteria
viridis, Pouteria
campechiana, Manilkara
zapota), marañón
(Anacardium
occidentale),
manzana Rosa o Pomarrosa
(Syzygium
jambos o Eugenia jambos),
anonáceas como la Cincuya (Annona
purpurea, Annona
diversifolia, Annona
muricata, Annona reticulata), tamarindo (Tamarindos
indica), mango
(Mangifera indica), sunza (Lycania platipus), aguacate criollo
(Persea
americana),
chucte (Persea
schiediana),
castaña (castanea
sativa),
Guamucho o Mesquite (Prosophis
juliflora), Mamey (Mamea
americana),
pataxte (Teobroma
bicolor),
palojiote (Bursera
simaruba).
Además, algunas leguminosas energéticas como madre cacao
(Glyricidia
sepium),
Ingas, y otros. Las plantaciones según su especie podrian
accesar a
los incentivos del INAB,
denominados PINPEP Y PINFOR,
respectivamente.
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