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Radiador del automóvil
La figura1 a la derecha muestra el esquema de un radiador típico. Está constituido por un grupo de tubos de cobre paralelos y separados por cuyo interior circula el refrigerante. Los tubos están dotados de aletas, y colocados de forma que conectan dos tanques. Las aletas aumentan notablemente la superficie de disipación de calor de los tubos. Por entre las aletas se fuerza una corriente de aire que las enfría y con ello también enfría el refrigerante circulante en los tubos. El refrigerante proveniente del motor entra al radiador por el tanque superior y desde el tanque inferior, ya frío, vuelve al motor. Una tapa especial sirve para mantener el sistema cerrado y presurizado para evitar que el refrigerante hierba cuando el motor se calienta por trabajo intenso a temperaturas superiores a los 100 grados celsius, y además para permitir que el líquido pueda pasar al tanque decondensación cuando se dilate al calentarse, para luego regresar al radiador cuando se enfríe en las paradas. El área frontal del radiador dependerá de la cantidad de calor que será necesaria disipar y esta a su vez, de la potencia del motor, por lo que en un vehículo, el radiador está especialmente diseñado para ello y sus dimensiones y características no deben cambiarse. Otros temas sobre el automóvil aquí. Para ir al índice general del portal aquí. |